Las nuevas reglas del juego que la Inteligencia Artificial introduce en el periodismo [Reseña]

Abstract

El libro Inteligencia Artificial, Periodismo y Democracia, editado por Tamara Vázquez-Barrio e Idoia Salazar-García, es una obra colectiva en la que participan un total de 22 miembros investigadores especialistas en disciplinas dispares, encargados de analizar, a lo largo de 16 capítulos y bajo una mirada crítica, los beneficios y los puntos de mejora derivados del uso de la Inteligencia Artificial en el periodismo, así como en la información que la ciudadanía obtiene fruto del resultado entre la interacción periodista-tecnología. La desinformación, la manipulación, la aparición de sesgos, la caída de los niveles de credibilidad y el desconocimiento hacia las nuevas herramientas, comportan algunas de las debilidades que se desprenden del actual modelo de generación y difusión de contenido. Como contraposición, existe una postura, todavía más tímida, acerca de las posibilidades ventajosas al alcance de la mano para la profesión en particular y la sociedad en general, como la automatización de tareas rutinarias o el aumento de la productividad, si bien han de ir supeditadas a la implantación y renovación de principios deontológicos que, de forma paulatina, comienzan a incorporar recomendaciones específicas para el sector digital, y de unas líneas rojas delimitadas por la conciencia y la ética humana.

The book Artificial Intelligence, Journalism and Democracy, edited by Tamara Vázquez-Barrio and Idoia Salazar-García, is a collective work in which a total of 22 researcher members, specialists in disparate disciplines, participate, in charge of analyzing, throughout 16 chapters and under a critical look, the benefits and points of improvement derived from the use of Artificial Intelligence in journalism, as well as in the information that citizens obtain as a result of the result of the journalist-technology interaction. Misinformation, manipulation, the appearance of biases, the drop in credibility levels and lack of knowledge about new tools, entail some of the weaknesses that arise from the current model of content generation and dissemination. In contrast, there is an even more timid position about the advantageous possibilities within reach for the profession in particular and society in general, such as the automation of routine tasks or the increase in productivity, although they must go subject to the implementation and renewal of deontological principles that, gradually, begin to incorporate specific recommendations for the digital sector, and red lines delimited by conscience and human ethics.